Los Fab Four interpretaron la pieza para el público una sola vez, durante un festival de música electrónica que Londres celebró ese año. La grabaron justo después de registrar las voces de Penny Lane en los estudios de Abbey Road que se habían convertido en su segunda casa. McCartney pidió a sus compañeros "diez minutos de indulgencia": "Les dije: 'Sólo tenemos que improvisar, dar algunos golpes (de batería), gritar, jugar... no es necesario que tenga sentido", explica en una entrevista con la radio de la BBC que será difundida el próximo jueves. Se inspiraron en compositores de vanguardia, como John Cage o Karheinz Stockhausen, para dar rienda suelta a unos Beatles "en total libertad", pero el resultado sólo gustó a su artífice.
El resto del cuarteto impidió que se integrara el material en las compilaciones antológicas de la banda editadas a mediados de los 90. McCartney se dispone a intentarlo de nuevo porque considera que "ha llegado la hora de que (ese material) pase a la posteridad".
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